Estamos peor que nunca. ¿Cuántas veces hemos oído esa frase?
La política, está peor que nunca.
Los jóvenes, peor que nunca.
La educación, peor que nunca.
La sanidad, peor que nunca.
El mercado laboral, peor que nunca.
¿De verdad? ¿Estamos peor que nunca?
En la mayor parte de los países desarrollados disfrutamos de democracias donde los ciudadanos somos libres y tenemos nuestros derechos y libertades. ¿De verdad otro tiempo pasado fue mejor? Que le pregunten a aquellos que aún viven y tuvieron que luchar contra sus vecinos, amigos o hermanos.
La juventud tiene unas capacidades y unas habilidades en el ámbito tecnológico jamás vistas hasta ahora. Seguramente su visión del esfuerzo o la gestión de la frustración es diferente a las generaciones que les precedieron, pero su comportamiento no deja de ser fruto de la educación que han recibido y del mundo que les rodea. ¿De verdad no vamos a darles la oportunidad de demostrar su valía?
Nunca el acceso a la información ha estado tan cerca de nuestra mano. Nunca antes la educación se había democratizado tanto. Las posibilidades de seguir aprendiendo no tienen límites. ¿De verdad antes la educación era mejor?
Hace a penas cien años la gripe española mató entre 40 y 50 millones de personas en todo el mundo. Y la esperanza de vida de un bebé nacido en 1920 era de 50 años. Ahora vivirá de media hasta los 82. Queda mucho camino por andar, pero ¿otro tiempo pasado fue mejor?
Las máquinas, los nuevos softwares, la tecnología, van a acabar con puestos de trabajo que conocíamos hasta ahora. Pero, estos avances no han llegado para dejar sin trabajo a nadie, han llegado para facilitarnos la vida, para que los trabajos físicos, recurrentes y de escaso valor añadido los haga una máquina. Unos puestos de trabajo desaparecerán, pero otros muchos relacionados con esa tecnología tendrán que ser cubiertos.
Decía Eduardo Punset: «cualquier tiempo pasado ha sido…peor». Y coincido plenamente con él.
Creo que nuestro cerebro tiene la capacidad asombrosa de olvidar la dureza de muchos momentos vividos, hasta el punto de que la vorágine del día a día y la cantidad de noticias que recibimos, nos hacen pensar que estamos ante el momento más complicado de la historia de la humanidad. Pero la realidad es que desde que el hombre habita La Tierra, siempre ha habido guerras, pandemias y desastres naturales. Y nunca jamás habíamos tenido tantas herramientas a nuestra mano para poder afrontar estos retos.
Yo personalmente, jamás pensé que tendría que explicarle a mi hijo de 4 años que es una guerra, y lo he tenido que hacer. En momentos, uno tiene la tentación de perder toda la esperanza en la humanidad, de pensar que el mundo se va a la mierda. Pero lo cierto que este tipo de cosas pasaron, pasan y pasarán. Y que finalmente, cuanto mas difícil es la situación, cuanto mayor sea el reto, el ser humano es capaz de sacar lo mejor de sí. Lo hemos visto durante las crisis, pandemias o guerras. Personas ayudando a personas.
Nunca en la historia hemos estado tan faltos de excusas para justificar el fracaso
Anxo Pérez
Igual soy un iluso, pero creo que estamos MEJOR QUE NUNCA.