Dicen de los millennials que tenemos necesidad de inmediatez. Y que el resto de generaciones nativas digitales, aún lo verán mas acentuado si cabe. Pero la realidad es que esa necesidad de inmediatez ya se ha instaurado en mayor o menor medida en toda la sociedad.

En una sociedad donde Netflix nos ofrece toda la variedad de series y películas para ver cuando queramos y donde queramos. ¿Para que esperar para ir al cine? ¿por qué perder el tiempo viendo una serie si en los primeros 10 minutos no nos ha enganchado?

Si Amazon nos trae un paquete en 24 horas, ¿para que esperar hasta el lunes para comprar en la librería de la esquina?

Si Tinder nos busca media naranja en media hora, ¿para que aguantar a nuestra pareja? Mañana otra nueva.

Si mañana tengo un préstamo personal concedido, ¿por que voy a ahorrar para irme de vacaciones?

Si Whatsapp me permite hacer una videollamada con quien quiera y cuando quiera, ¿para que voy a perder el tiempo tomándome un café con ella?

Todo este tipo de servicios y aplicaciones, que en teoría han llegado para facilitarnos la vida, pueden llegar a desvirtuar la realidad.

Ahora lo queremos todo en formato express:

  • Aprende finanzas en 20 días
  • Házte rico con las cryptomonedas y no trabajes más
  • Sigue esta dieta y adelgaza en 1 mes
  • Curso de coaching de 2 días para emprendedores. Sal y cómete el mundo.

La realidad es que hay cosas que no pueden empaquetarse para consumir en formato express. Sólo llegan a base de constancia y trabajo duro.

Yo personalmente no creo en la motivación encapsulada. Me gusta leer, ver vídeos y asistir a conferencias. Me ayudan a reflexionar y siempre son un plus de motivación. Pero no son la panacea.

Lo cierto es que, al menos en mi caso, necesito encontrar un motivo realmente trascendental que me haga ser constante y luchar cada día por mis metas. Es fácil estudiar, trabajar o entrenar el día que tienes un subidón de motivación. Lo complicado, y que a su vez es lo que marca la diferencia, es hacerlo el día que no te apetece, que estas cansado o que todo parece ir en tu contra. Esos son los días que cuentan.

El que acaba triunfando es el que, incluso con todo en contra, no halla excusas. El que acaba fracasando es aquel que las encuentra incluso con todo a favor.

Anxo Pérez

Igual yo soy un «pringao». Pero cuando oigo a la gente decir que tener éxito es fácil, creo que no han entendido nada.

Publicado por Toni Garcia

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