Los que me conocen saben que, para lo bueno y para lo malo, mi cabeza nunca para de dar vueltas. Soy una persona inquieta e inconformista por naturaleza. Siempre hay margen de evolución y de mejora, tanto a nivel personal, familiar o empresarial.
En lo referente al mundo de la empresa, nos encontramos en un entorno VUCA, que en sus siglas en ingles significa: volátil, incierto, complejo y ambiguo. El escenario cambia a una velocidad de vértigo y las ventajas competitivas duraderas en el tiempo se han acabado. Si te quedas parado, te pasan por encima. Siempre habrá alguien que con el tiempo pueda hacer lo mismo más rápido o más barato.
Es por eso que debemos analizar de forma continua nuestra propuesta de valor, que le estamos aportando a la sociedad, cual es el motivo por el que deberían comprar nuestro producto o servicio.
El verdadero secreto del éxito no está en ser el primero en cubrir las necesidades aún no resueltas, el verdadero éxito se encuentra en anticipar necesidades que aún no existen.
Dion Weisler, director ejecutivo de HP, utilizaba términos surfistas para explicar este análisis. La primera ola es la que estamos surfeando en este momento, la segunda ola acaba de romper y representa nuevas oportunidades que se dirigen hacia nosotros. Pero la tercera ola, aún no se ve en el horizonte, nuestra vista no es suficiente para divisarla, esa tercera gran ola sólo puede montarse yéndose uno a casa a estudiar la meteorología, a ver modelos estadísticos y tendencias de los vientos.
A nivel cognitivo, estamos predispuestos a dar más peso a las cosas que suceden ahora, pero es necesario dedicar tiempo de nuestro análisis al futuro. ¿Dónde estará mi empresa dentro de un año? ¿y dentro de cinco? Debemos adelantarnos a los cambios.
«El gerente siempre tiene la mirada puesta en la conclusión; la mirada del líder está en el horizonte»
Warren Bennis
Sólo un verdadero líder es capaz de adelantarse al cambio y estar preparado.