Hace unos días hablaba con Rocío González Gasque, compañera y referente del sector inmobiliario, sobre la importancia de saber comunicar y de exponernos a nivel profesional.
Cuando hablamos de personal branding, hablamos de considerarnos a nosotros mismos como una marca. Una marca que debe ser elaborada, transmitida y protegida, buscando posicionamiento y diferenciación.
Una marca personal de éxito será aquella que logre los siguientes objetivos:
- Ser reconocida a nivel profesional
- Estar diferenciada de la competencia
- Conseguir un posicionamiento relevante
Pero no podemos recoger si antes no hemos sembrado nada.
Conseguir ese éxito supone planificación y sacrificio. Sumado a dos factores que considero claves: autenticidad y generosidad.
Una marca personal requiere de una promesa, un mensaje que nos representará y hará que nos recuerden.
La promesa de marca, debe despertar entusiasmo y crear lealtad; debe inspirar confianza; debe ser inspiradora. Y para que todo esto se de, hay que ser auténtico y saber comunicarlo.
Es necesario tener personalidad y dejar la timidez en un cajón. Necesitamos que la gente, ya sean clientes, compañeros o amigos, perciban aquello que queremos proyectar.
El miedo es natural en el prudente, y saberlo vencer es ser valiente.
Alonso de Ercilla
Intenta mejorar cada día en tú trabajo, fórmate, comparte experiencias. Todo esto hará que cada día te sientas más seguro de ti mismo. Más seguro de comunicar todo aquello en lo que crees que eres bueno y todo en lo que puedes aportar valor para los demás.
Porque tan importante es ser bueno como saber transmitirlo.
Santo que no es visto, no es adorado
Refrán popular