Quizá lo más sensato antes de iniciar esta andadura con mi propio blog, sea reflexionar sobre por qué me encuentro aquí.

Decía Steve Jobs que no podemos unir los puntos mirando hacia adelante; solo podemos unirlos mirando hacia atrás. Tenemos que confiar en que los puntos de alguna manera se unirán en tu futuro.

Mis puntos sin duda nacen de la pasión de mi abuelo, quién sin estudios, y por supuesto sin ningún tipo de idiomas, ya se encargaba el hombre de venderle casas a los finlandeses cuando yo aún no había nacido.

Mi padre, tras su paso por la banca, encontró en el sector inmobiliario su gran pasión. Ha dedicado cientos de miles de horas a su empresa, y sobre todo a sus clientes. Ha hecho grandes sacrificios para poder sacar a su familia adelante y siempre con una sonrisa en la cara porque su trabajo le apasiona. Sus cifras son sin duda estratosféricas, con miles de viviendas vendidas y no me cabe la menor duda de que en países como en EEUU sería a día de hoy un referente a nivel nacional.

Por el camino deja atrás proyectos de portales inmobiliarios, certificados de calidad de viviendas, comercializadoras internacionales, consultoras y un largo etcétera. Algunos proyectos con más éxito que otros, pero nadie dijo que ser emprendedor fuera fácil.

Y ahora llego yo, la tercera generación inmobiliaria. Con un listón muy alto a nivel familiar, pero con ganas de ser capaz de mejorar lo presente. Y si no hablo más de mi familia no es porque no me sienta orgulloso, al contrario, es porque quiero que la gente me juzgue personalmente por mi valía y capacidad.

Hay un refrán que dice que si hoy descansas a la sombra es porque alguien en su día ahí plantó un árbol. Por eso mi primer post debe ser en agradecimiento y como homenaje a quienes con  su sacrificio han hecho posible que yo esté aquí.

De nuestros padres y abuelos heredamos rasgos genéticos: altura, color de piel, los ojos.

¿Y si resulta que el gen inmobiliario también ?

Publicado por Toni Garcia

Hola

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